Día Mundial de la Concienciación del Autismo

Hace un par de días se ha celebrado el Día Mundial de la Concienciación del Autismo. Se estima que  1 de cada 68 niños que nacen tiene algún tipo de Autismo. Eso significa que se trata de algo mucho más común de lo que la mayoría de nosotros piensa.

 

Tener un hijo o hija con Autismo cambia la vida. Te obliga a abrir una forma diferente de interpretar el mundo, te hace flexibilizar la mente y entender de modo diferente las cosas. Te enseña una forma genuina de afecto, de expresión de emociones y de relacionarse. Por eso es tan importante que la sociedad conozca bien de lo que estamos hablando cuando decimos que alguien tiene Autismo. 

¿Qué es el Autismo?

 

Actualmente el Autismo está considerado un Trastorno del Neurodesarrollo. Por lo tanto no estamos hablando de una enfermedad, y tampoco se trata de una entidad única. Se contempla mas bien un "Espectro de Autismo" con mucha variabilidad entre unos individuos y otros. 

 

 

Lo más característico de una persona con Autismo es lo siguiente: 

  1. Déficit en la interacción y la comunicación social. Esto no quiere decir que no se comuniquen con los demás sino que lo hacen de forma "diferente". 
  2. Patrones repetitivos y restringidos de conductas, intereses y actividades. Es decir, son personas con intereses obsesivos, con preferencia única por determinadas actividades o conducta, o con rutinas muy rígidas. 
  3. Todo ello debe estar presente en el desarrollo temprano (antes de los 3 años). Sin embargo, así formas más leves de Autismo tardan en ocasiones en verse claramente. No es extraño que el Síndrome de Asperger no se diagnostique hasta los 7 años, que es cuando empieza a tener más peso la interacción social con iguales. 

 

¿Cómo me doy cuenta de que mi hijo tiene Autismo?

Es importante que si notas que tu hijo o hija presenta:

  • dificultades para hacer el contacto visual
  • dificultad para relacionarse
  • retraso en el lenguaje
  • aislamiento
  • "ensimismamiento" o "sensación de estar en su mundo"
  • conductas repetitivas
  • apego a objetos 
  • risas o pataletas sin causa aparente
  • sensibilidad excesiva a los ruidos
  • insensibilidad al dolor
  • resistencia a los cambios

Acudas a tu centro de salud o busques ayuda especializada. 

 

Lo primero que necesitarás es tener un buen diagnóstico, Para ello el Psicólogo Clínico deberá realizar una exhaustiva evaluación del desarrollo del menor y de la historia familiar, social y escolar.  Esto es lo que permitirá saber qué está pasando y determinar los siguientes pasos a seguir.

No te olvides de que la intervención precoz es especialmente importante en este trastorno así que no dudes en consultar. 

Mi experiencia personal

Llevo 10 años trabajando con trastornos mentales, tanto adultos como niños, pero no ha sido hasta hace aproximadamente dos años que comencé a trabajar con el Síndrome de Asperger en grupos de terapia. Hasta yo misma al principio me sentía extraña... A pesar de la formación recibida y la especialización en Psicología Clínica no se puede evitar tener dudas sobre lo que estás haciendo, sobretodo si no lo has hecho nunca antes. Pero la verdad es que el nerviosismo me duró muy poco tiempo. Cuando me quise dar cuenta el grupo de terapia se había convertido en el mejor momento de la mañana. 

 

Mi idea era enseñarles a comunicarse mejor... Pero en cada sesión ellos también me enseñaban a mí. Aprendí su mundo y entendí su forma de ver las cosas. Me divertí con ellos, reímos juntos y aprendimos lo que todo el mundo da por supuesto sobre la comunicación social. Cosas que son tan importantes y que casi nadie valora, como que alguien te mire a los ojos cuando hablas.

 

No hay palabras para explicar lo que se siente cuando uno de estos chicos te da un abrazo y te dice "gracias". Por eso hay que seguir trabajando, con ellos y con sus familias. Hay que concienciar al mundo, a la sociedad, y fomentar su integración en este mundo tan poco considerado con lo diferente. No mires a otro lado.